La consolidación fiscal consiste en un Régimen Especial opcional en el Impuesto sobre Sociedades que permite que distintas entidades mercantiles se consideren, a efectos de sus obligaciones tributarias, como un único sujeto pasivo.
Su objetivo, por tanto, es que varias empresas tributen de forma conjunta como una única sociedad, lo que nos permitirá compensar pérdidas entre las distintas sociedades, la eliminación del coste financiero de las retenciones en cualquier pago de intereses o cánones entre estas sociedades y teniéndose en cuenta todo el grupo consolidado para determinar los requisitos de aplicación de las deducciones y bonificaciones.
La consolidación fiscal está regulada en los artículos 55 a 75 de la Ley del Impuesto sobre Sociedades (Ley 27/2014, de 27 de noviembre). Para llevarlo a cabo es necesario cumplir con una serie de requisitos, como que la participación entre ellas sea igual o superior al 75%.
Para saber si a una empresa le interesa o no la consolidación fiscal, es conveniente realizar un estudio previo, ya que este régimen también conlleva una serie de obligaciones tanto formales como materiales.